La blasfemia es una acción, palabra o expresión considerada ofensiva hacia lo sagrado, ya sea contra una divinidad, símbolos religiosos, creencias, figuras espirituales o ritos.
Tradicionalmente, el término se ha relacionado con el ámbito religioso, donde se entiende como una falta de respeto hacia Dios o hacia lo que una comunidad de fe considera digno de veneración. Por ejemplo, insultar, ridiculizar o usar el nombre de una deidad en vano ha sido históricamente visto como un acto blasfemo.
En muchas culturas y religiones, la blasfemia no solo ha tenido un peso moral, sino también legal. Durante siglos, fue castigada con penas severas, desde multas y encarcelamiento hasta la pena de muerte en contextos más estrictos. Hoy en día, en algunos países sigue siendo delito, mientras que en otros se protege como parte de la libertad de expresión, siempre que no promueva odio o violencia.
La percepción de qué constituye blasfemia depende en gran medida del contexto cultural y religioso. Para algunas personas, puede ser un pecado grave, mientras que para otras es simplemente una opinión irreverente. En todo caso, refleja la tensión entre la libertad de expresión y el respeto a las creencias ajenas.