Los aranceles son impuestos que un país aplica a los bienes y servicios importados con el objetivo de encarecer su precio en el mercado interno. Su finalidad es proteger la producción nacional frente a la competencia extranjera, fomentar el consumo de productos locales y recaudar ingresos para el Estado.
Existen distintos tipos de aranceles: los específicos, que se fijan como una cantidad por unidad importada, y los ad valorem, que representan un porcentaje sobre el valor de la mercancía.
Si bien los aranceles benefician a ciertos sectores nacionales al reducir la competencia externa, también pueden provocar aumentos de precios para los consumidores y generar tensiones comerciales entre países.
En el contexto internacional, los aranceles forman parte de las políticas de comercio y suelen negociarse en tratados para reducir barreras y favorecer el libre intercambio de bienes.
En resumen, los aranceles son una herramienta de política económica que protege a la industria nacional, pero cuyo uso excesivo puede perjudicar la competitividad y las relaciones internacionales.