Las aves son animales vertebrados de sangre caliente, recubiertos de plumas y con un pico sin dientes. Su característica más destacada es la capacidad de volar, aunque no todas las especies la poseen. Pingüinos, avestruces y kiwis, por ejemplo, son aves que han perdido la facultad de volar, pero se han adaptado de otras formas para sobrevivir.
La mayoría de las aves ponen huevos con cáscara dura y los incuban hasta que las crías nacen. Su esqueleto es ligero y está adaptado al vuelo, con huesos huecos que reducen el peso. Además, poseen un sistema respiratorio muy eficiente que les permite obtener oxígeno incluso durante vuelos prolongados.
Las aves habitan en casi todos los ecosistemas del planeta, desde desiertos hasta regiones polares. Cumplen funciones ecológicas esenciales, como dispersar semillas, controlar poblaciones de insectos y formar parte de las cadenas alimenticias. Algunas especies son migratorias y recorren miles de kilómetros cada año en busca de mejores condiciones climáticas o alimenticias.
Su diversidad es enorme, con más de 10.000 especies registradas, y su adaptación ha hecho posible que se conviertan en uno de los grupos de vertebrados más exitosos y variados del mundo.