La recesión es una fase negativa del ciclo económico en la que la actividad de un país disminuye de manera prolongada, generalmente cuando el Producto Interno Bruto (PIB) registra dos trimestres consecutivos de caída.
Se caracteriza por un aumento del desempleo, una reducción del consumo, menor inversión empresarial y una caída en la producción. Estos efectos suelen estar acompañados de pérdida de confianza en los mercados y restricciones en el acceso al crédito.
Las recesiones pueden originarse por crisis financieras, choques externos como guerras o pandemias, o por desequilibrios internos como altos niveles de deuda o burbujas especulativas. Aunque son temporales, sus consecuencias pueden ser profundas y afectar a familias, empresas y gobiernos.
Para contrarrestarlas, los Estados suelen aplicar políticas fiscales expansivas (más gasto público o reducción de impuestos) y políticas monetarias (bajar los tipos de interés, aumentar la liquidez).
En resumen, la recesión es un fenómeno económico que forma parte del ciclo económico natural, pero que requiere medidas adecuadas para minimizar sus efectos negativos en la sociedad.