La deducción fiscal es un beneficio legal que permite a los contribuyentes reducir la cantidad de impuestos que deben pagar al Estado, al descontar ciertos gastos o inversiones de la base imponible. De esta forma, se aligera la carga tributaria y se incentivan determinados comportamientos económicos y sociales.
Las deducciones pueden aplicarse a distintos ámbitos: compra de vivienda habitual, donaciones a ONG, gastos por familia numerosa, maternidad, discapacidad, inversiones en energías renovables, entre otros. Cada deducción está regulada por la ley y tiene límites específicos.
Por ejemplo, si una persona dona dinero a una fundación reconocida, puede deducir un porcentaje de esa donación de sus impuestos. De la misma manera, quienes invierten en ciertos planes de ahorro o pensiones pueden restar esas aportaciones de su base imponible.
El objetivo de las deducciones fiscales no es solo aliviar la carga de los contribuyentes, sino también fomentar conductas que beneficien a la sociedad en su conjunto, como el ahorro, la inversión, la sostenibilidad ambiental o la solidaridad.
En definitiva, las deducciones fiscales son una herramienta de política económica que busca equilibrar la recaudación estatal con el estímulo a comportamientos positivos para la economía y la sociedad.