Los reptiles son animales vertebrados de sangre fría que respiran por pulmones y tienen la piel cubierta de escamas de queratina. Son principalmente ovíparos y sus huevos suelen estar protegidos por una cáscara dura o coriácea que resguarda al embrión del ambiente externo.
Se desplazan arrastrando el cuerpo o caminando con patas cortas, aunque algunos, como las serpientes, carecen de extremidades y se mueven mediante ondulaciones. Para regular su temperatura dependen de fuentes externas de calor, como la radiación solar, por lo que suelen asolearse durante el día.
El grupo de los reptiles incluye tortugas, cocodrilos, lagartos, camaleones, iguanas y serpientes. Su dieta varía según la especie: algunas son herbívoras, otras insectívoras y muchas son carnívoras, capaces de cazar presas de gran tamaño en relación con su cuerpo.
Se distribuyen en ambientes terrestres, acuáticos y semiacuáticos, desde desiertos hasta selvas tropicales. Como depredadores y presas, desempeñan un papel importante en las cadenas tróficas de los ecosistemas en los que habitan.