Los quirópteros son el orden de mamíferos conocidos como murciélagos, únicos capaces de volar de forma activa y sostenida. Sus alas derivan de las manos, con dedos alargados unidos por una membrana delgada llamada patagio.
Constituyen el segundo orden de mamíferos más diverso, con más de 1 400 especies descritas. Muchas de ellas utilizan la ecolocalización: emiten ultrasonidos que rebotan en objetos y presas, lo que les permite orientarse en la oscuridad y cazar insectos con gran precisión. Sin embargo, no todos los murciélagos se alimentan igual: algunos son frugívoros, otros consumen néctar, peces o incluso sangre, como los vampiros.
Desempeñan funciones ecológicas fundamentales como la polinización de plantas, la dispersión de semillas y el control de plagas agrícolas. Habitan en cuevas, huecos de árboles, grietas de rocas y construcciones humanas, donde forman colonias de tamaños muy variados.
Enfrentan amenazas como el síndrome de la nariz blanca, enfermedades, pesticidas y la pérdida de hábitats naturales. Su conservación es importante porque mantienen el equilibrio de los ecosistemas y benefician directamente a la agricultura.