Los nemátodos son gusanos cilíndricos y alargados, generalmente microscópicos, que se encuentran en el suelo, el agua y como parásitos de plantas y animales. Su cuerpo no está segmentado y está protegido por una cutícula resistente que mudan periódicamente.
Constituyen uno de los grupos más abundantes y diversos de la Tierra. Participan en procesos ecológicos clave como la descomposición de la materia orgánica y el reciclaje de nutrientes. Muchos nemátodos son beneficiosos para la agricultura, ya que ayudan a controlar plagas al parasitar insectos dañinos.
Sin embargo, otras especies pueden causar enfermedades en plantas cultivadas, en animales domésticos y en el ser humano. Ejemplos de nemátodos perjudiciales son las lombrices intestinales, los oxiuros y los parásitos que afectan a los cultivos de cereales.
Su presencia es fundamental en el equilibrio del suelo, pues influyen en la estructura y en la dinámica de los ecosistemas subterráneos.