Los marsupiales son mamíferos vivíparos que se caracterizan porque sus crías nacen en un estado muy prematuro y terminan su desarrollo dentro de una bolsa externa llamada marsupio. Este marsupio se encuentra en el abdomen de la madre y contiene glándulas mamarias que proporcionan leche. Allí las crías permanecen durante semanas o meses, hasta estar suficientemente desarrolladas para sobrevivir fuera de la bolsa.
Estos animales se distribuyen principalmente en Australia y América, ocupando ecosistemas muy variados que incluyen selvas tropicales, sabanas, desiertos y zonas montañosas. Entre los ejemplos más conocidos se encuentran el canguro, el koala, el wombat y la zarigüeya. Cada especie presenta adaptaciones específicas que les permiten alimentarse de hierbas, hojas, insectos o pequeños animales.
Los marsupiales cumplen importantes funciones en los ecosistemas como herbívoros que mantienen el equilibrio vegetal, insectívoros que regulan plagas y dispersores de semillas. Sus adaptaciones reproductivas les permiten sobrevivir en ambientes difíciles, ya que el corto tiempo de gestación reduce riesgos para la madre. Además, muestran una gran diversidad de comportamientos y estrategias, desde especies arborícolas que viven en los árboles hasta otras terrestres que excavan madrigueras.