Los mamíferos son animales vertebrados que se caracterizan por poseer glándulas mamarias, con las cuales las hembras producen leche para alimentar a sus crías. Además, la mayoría tienen el cuerpo cubierto de pelo y mantienen una temperatura corporal constante, lo que los convierte en animales de sangre caliente.
Respiran mediante pulmones y, en la mayoría de los casos, paren crías vivas en lugar de poner huevos. Se dividen en tres grupos principales: los monotremas, que ponen huevos (como el ornitorrinco), los marsupiales, que llevan a sus crías en una bolsa (como los canguros), y los placentarios, que constituyen la mayoría de especies, incluido el ser humano.
Los mamíferos ocupan una gran variedad de hábitats: selvas, océanos, desiertos y regiones polares. Su diversidad es enorme, desde diminutos murciélagos hasta imponentes ballenas.
Cumplen roles ecológicos esenciales como depredadores, herbívoros, polinizadores o dispersores de semillas. Además, han tenido un papel fundamental en la historia de la humanidad, siendo domesticados y utilizados en la agricultura, la alimentación y la compañía.
En conclusión, los mamíferos son un grupo fascinante y vital para el equilibrio de los ecosistemas y la vida en la Tierra.