Un herbívoro es un animal que se alimenta principalmente de plantas, hojas, frutos, semillas, tallos o cortezas. Este tipo de dieta requiere adaptaciones especiales, ya que deben digerir la celulosa, un compuesto difícil de descomponer.
Algunos herbívoros, como vacas y caballos, poseen dientes planos que les permiten triturar hierbas, mientras que otros, como los ciervos, tienen estómagos complejos capaces de fermentar los alimentos con ayuda de microorganismos.
Los herbívoros cumplen un papel fundamental en los ecosistemas, ya que son consumidores primarios en la cadena alimenticia. Transforman la energía de las plantas en alimento para los carnívoros y omnívoros, manteniendo el equilibrio natural. Además, influyen en la vegetación al controlar su crecimiento y dispersar semillas.
Estos animales viven en una amplia variedad de hábitats: praderas, bosques, selvas y sabanas. Ejemplos comunes incluyen caballos, conejos, jirafas, cebras y muchos insectos como los saltamontes.
En resumen, los herbívoros son esenciales para la dinámica de los ecosistemas. Su relación directa con las plantas los convierte en un pilar del ciclo de energía y en un eslabón vital para la supervivencia de otras especies.