Los equinodermos son animales marinos invertebrados que presentan simetría radial en su etapa adulta y un esqueleto interno formado por placas calcáreas. Incluyen especies muy conocidas como las estrellas de mar, los erizos, los pepinos de mar y los lirios de mar.
Se desplazan gracias a un sistema vascular acuífero único en el reino animal, que utiliza agua para mover pequeños pies tubulares. Estos pies no solo sirven para la locomoción, sino también para alimentarse y respirar.
Los equinodermos cumplen funciones ecológicas clave, ya que participan en el reciclaje de nutrientes, regulan poblaciones de organismos marinos y forman parte de las cadenas alimenticias de peces, aves y mamíferos.
Una de sus características más sorprendentes es su capacidad de regeneración. Muchas especies pueden recuperar partes de su cuerpo, como brazos o incluso órganos internos. Esta habilidad los convierte en organismos muy resistentes a lesiones.
Los equinodermos viven en diferentes profundidades del océano, desde aguas poco profundas hasta zonas abisales. Además, son indicadores de la salud de los ecosistemas marinos, ya que su abundancia o ausencia refleja cambios en el ambiente.