Los bivalvos son moluscos acuáticos que poseen un cuerpo blando protegido por dos conchas unidas mediante una bisagra. Estas conchas se cierran gracias a músculos potentes que les permiten resguardarse de depredadores y condiciones adversas. Respiran por branquias y se alimentan filtrando partículas del agua, lo que los convierte en importantes limpiadores naturales de los ecosistemas acuáticos.
Habitan tanto en mares como en ríos, y pueden encontrarse enterrados en la arena, fijados a las rocas o desplazándose lentamente por el fondo. Entre los bivalvos más conocidos están los mejillones, almejas, ostras y navajas, todos ellos con gran valor ecológico y económico.
Cumplen un papel fundamental en la naturaleza al filtrar el agua, mantener los ecosistemas limpios y favorecer la transparencia de los cuerpos acuáticos. Además, sirven de alimento para numerosos animales marinos y aves.
El ser humano también aprovecha a los bivalvos como recurso alimenticio y en la producción de perlas, en el caso de algunas ostras. Gracias a su capacidad de acumular sustancias presentes en el agua, también son utilizados como indicadores de contaminación ambiental.
En resumen, los bivalvos son organismos esenciales para la salud de los ecosistemas y muy valiosos en la interacción con las personas.