Los arácnidos son un grupo de artrópodos terrestres que se caracterizan por tener cuatro pares de patas y un cuerpo dividido en dos regiones principales: el cefalotórax y el abdomen. A diferencia de los insectos, carecen de antenas y alas.
Este grupo incluye a las arañas, escorpiones, ácaros y garrapatas. Muchos arácnidos son depredadores que cazan insectos, contribuyendo al control de plagas de forma natural. Otros, como las garrapatas y algunos ácaros, son parásitos que se alimentan de la sangre o tejidos de otros animales.
Algunos poseen sistemas de defensa muy especializados, como el veneno de las arañas y los aguijones de los escorpiones. Estos mecanismos les sirven tanto para cazar como para protegerse de depredadores.
Los arácnidos habitan en casi todos los ecosistemas del planeta: desde desiertos áridos hasta selvas tropicales húmedas. Su diversidad y adaptaciones les permiten ocupar múltiples nichos ecológicos.
En la naturaleza cumplen un rol ecológico fundamental, ya que regulan las poblaciones de insectos y pequeños invertebrados. Además, algunas especies tienen importancia médica, agrícola y científica. En resumen, los arácnidos son un grupo diverso y esencial para el equilibrio de los ecosistemas terrestres.