Un agujero negro es una región del espacio donde la gravedad es tan intensa que nada, ni siquiera la luz, puede escapar de ella. Se forma cuando una estrella muy masiva agota su combustible nuclear y colapsa bajo su propio peso. Este proceso genera un objeto extremadamente denso, con un campo gravitatorio que deforma el espacio-tiempo.
Existen distintos tipos de agujeros negros. Los estelares se forman a partir de estrellas grandes, los supermasivos se encuentran en el centro de muchas galaxias, y los de masa intermedia ocupan un punto intermedio entre ambos. Aunque no pueden observarse directamente, su presencia se detecta gracias a los efectos que producen en su entorno, como la emisión de rayos X o la distorsión de la luz de estrellas cercanas.
El estudio de los agujeros negros ha revolucionado la astrofísica. Además de ser objetos enigmáticos, ofrecen pistas sobre los límites de la física conocida. Representan un campo de investigación fundamental para comprender el origen del universo, la naturaleza de la gravedad y la relación entre espacio y tiempo.