La sabana es un bioma caracterizado por grandes extensiones de llanuras cubiertas de pastizales, con árboles dispersos y arbustos que no llegan a formar bosques densos. Se localiza principalmente en regiones tropicales y subtropicales de África, Sudamérica y Australia.
El clima de la sabana se distingue por dos estaciones bien marcadas: una lluviosa y otra seca. Durante la temporada de lluvias, la vegetación florece y los pastos crecen, mientras que en la estación seca la disponibilidad de agua disminuye, afectando a la fauna y flora.
Los árboles de la sabana, como acacias y baobabs, presentan adaptaciones especiales para resistir la sequía, como raíces profundas y troncos capaces de almacenar agua. La fauna es muy diversa e incluye elefantes, jirafas, cebras, búfalos y antílopes, además de depredadores como leones, guepardos, hienas y leopardos. También es hogar de aves migratorias, reptiles e innumerables insectos.
Las sabanas cumplen un papel fundamental en el equilibrio ecológico, ya que mantienen poblaciones de herbívoros y carnívoros en interacción constante. Sin embargo, están amenazadas por la deforestación, la caza furtiva y el cambio climático. Conservar las sabanas es esencial para garantizar la supervivencia de estas especies y la salud del planeta.