La desigualdad se refiere a las diferencias en la distribución de recursos, oportunidades y beneficios entre los individuos o grupos dentro de una sociedad. Aunque puede manifestarse en distintos ámbitos, los más relevantes son la desigualdad económica, educativa, sanitaria, laboral y política.
En el terreno económico, la desigualdad se refleja principalmente en la diferencia de ingresos y de riqueza. En educación, se manifiesta en el acceso desigual a centros de calidad. En salud, se observa en la capacidad de acceder a servicios médicos adecuados.
Un cierto grado de desigualdad es normal en cualquier sociedad, pero cuando alcanza niveles elevados puede convertirse en un problema grave. La desigualdad extrema genera tensiones sociales, limita el crecimiento económico y perpetúa la pobreza, creando un círculo difícil de romper.
Los gobiernos intentan reducirla a través de políticas de redistribución como los impuestos progresivos, programas sociales, becas educativas o el acceso universal a servicios básicos. Además, organismos internacionales estudian este fenómeno con indicadores como el Índice de Gini, que mide la concentración de la riqueza.
En resumen, la desigualdad es un reto global que afecta la cohesión social y el desarrollo sostenible, siendo clave avanzar hacia una distribución más justa de los recursos.