El monopsonio es lo opuesto al monopolio: una situación de mercado en la que existe un único comprador frente a múltiples vendedores. Esto le otorga al comprador un gran poder para fijar precios y condiciones, normalmente en su beneficio, ya que los vendedores no tienen alternativas para colocar sus productos.
Un ejemplo clásico de monopsonio se da en pequeñas regiones donde una sola empresa contrata a la mayoría de la mano de obra. En este caso, puede imponer salarios más bajos de los que existirían en un mercado competitivo, ya que los trabajadores dependen en gran medida de esa única fuente de empleo.
Aunque menos común que el monopolio, el monopsonio también puede generar distorsiones económicas e ineficiencias. Por ejemplo, en el sector agrícola, un gran supermercado o cadena de distribución que concentra las compras de los productores locales puede forzar precios muy bajos.
Por ello, algunos gobiernos establecen regulaciones para equilibrar estas relaciones, proteger a los proveedores y garantizar condiciones más justas. En resumen, el monopsonio muestra cómo la concentración del poder de compra también puede afectar negativamente la economía.