El mar es una gran masa de agua salada que cubre gran parte de la superficie terrestre y forma parte de los océanos, aunque suele estar delimitado por continentes e islas. Se trata de un ecosistema de enorme importancia, ya que alberga una gran diversidad de organismos, desde el plancton microscópico hasta grandes mamíferos marinos como ballenas, delfines y tiburones.
En el mar se desarrollan cadenas alimenticias complejas, donde el fitoplancton constituye la base de la vida al producir oxígeno y servir de alimento a múltiples especies. Los mares también regulan el clima del planeta, absorbiendo calor y distribuyéndolo mediante corrientes marinas.
Además, son fuente de recursos para el ser humano, como pescado, sal, minerales y energía, y permiten la navegación, el transporte y el comercio internacional. Entre los mares más conocidos se encuentran el mar Mediterráneo, el mar Caribe y el mar del Norte.
Sin embargo, estos ecosistemas enfrentan graves problemas derivados de la contaminación, la sobrepesca y el cambio climático, que alteran su biodiversidad y el equilibrio ecológico. Cuidar y proteger los mares es esencial para garantizar la salud del planeta y el bienestar de las generaciones futuras.