El IVA (Impuesto sobre el Valor Añadido) es un impuesto indirecto que grava el consumo de bienes y servicios. Lo pagan los consumidores al adquirir productos, pero son las empresas quienes lo recaudan y lo ingresan en la Hacienda pública.
Su porcentaje varía según el tipo de bien o servicio. En España, por ejemplo, existe un IVA general (21%), uno reducido (10%) para productos básicos como alimentos y transporte, y uno superreducido (4%) para bienes de primera necesidad, como pan, leche o medicamentos.
Al ser un impuesto indirecto, no depende de la renta de cada persona, sino de su nivel de consumo: cuanto más se compra, más IVA se paga. Por eso se considera un impuesto menos progresivo que el IRPF, ya que afecta en mayor proporción a quienes tienen menores ingresos.
El IVA es una de las principales fuentes de recaudación para los gobiernos y un elemento central en la política fiscal. También juega un papel importante en el comercio internacional, donde existen mecanismos de devolución y exenciones para exportaciones e importaciones.