El equinoccio es un fenómeno astronómico que ocurre dos veces al año, alrededor del 20 de marzo y el 23 de septiembre. En esos días, el Sol se ubica directamente sobre el ecuador terrestre, lo que provoca que la duración del día y la noche sea prácticamente igual en todo el planeta.
Este evento marca cambios importantes en las estaciones. En el hemisferio norte, el equinoccio de marzo señala el inicio de la primavera y el de septiembre marca el comienzo del otoño. En el hemisferio sur ocurre lo contrario, iniciando el otoño en marzo y la primavera en septiembre.
Desde tiempos antiguos, los equinoccios tuvieron gran relevancia cultural y religiosa. Diversas civilizaciones los asociaban con el equilibrio, la fertilidad y la renovación de la naturaleza. Hoy en día, además de su valor cultural, los equinoccios son clave en la astronomía para entender los movimientos de la Tierra alrededor del Sol.