El Big Bang es la teoría científica más aceptada para explicar el origen del universo. Según esta hipótesis, toda la materia, la energía, el espacio y el tiempo estaban concentrados en un punto extremadamente denso y caliente hace unos 13.800 millones de años. En ese instante inicial comenzó una expansión que todavía continúa en la actualidad.
A medida que el universo se fue enfriando, aparecieron partículas subatómicas que se unieron para formar los primeros átomos, principalmente de hidrógeno y helio. Con el paso de millones de años, estas partículas dieron lugar a las primeras estrellas, que luego se agruparon en galaxias. Dentro de las estrellas se crearon elementos más pesados que, al morir, fueron expulsados y formaron nuevos sistemas solares.
La teoría del Big Bang se apoya en evidencias científicas como la radiación cósmica de fondo y la expansión de las galaxias observada por los astrónomos. Estos descubrimientos permiten comprender mejor cómo se originó el universo y cómo evolucionó hasta llegar a la inmensa variedad de estructuras cósmicas que conocemos hoy.