El ahorro es la parte del ingreso que una persona, familia o empresa decide no gastar en el presente y reservar para el futuro. Es una práctica fundamental de la economía personal, pues permite estar preparados frente a imprevistos, alcanzar metas a medio y largo plazo, y disponer de recursos para invertir.
El dinero ahorrado puede guardarse en efectivo, en cuentas bancarias, depósitos a plazo o en otros instrumentos financieros que incluso generan rentabilidad. Ahorrar no significa solo “guardar dinero”, sino administrar los recursos de manera responsable para asegurar estabilidad económica y seguridad en el tiempo.
Entre las metas más comunes del ahorro se encuentran la compra de una vivienda, la jubilación, la educación de los hijos o la creación de un fondo de emergencia. Además, es un hábito que protege a las personas frente a situaciones inesperadas como la pérdida de empleo, una enfermedad o una crisis económica.
El nivel de ahorro depende de factores como los ingresos disponibles, el consumo, los precios, las expectativas económicas y la disciplina financiera de cada individuo o familia. Ahorrar fomenta la independencia económica, reduce la dependencia de préstamos y abre oportunidades para invertir y hacer crecer el patrimonio personal.