Júpiter es el planeta más grande del Sistema Solar y pertenece a la categoría de gigantes gaseosos. Está compuesto principalmente por hidrógeno y helio, y no posee una superficie sólida definida. Su inmenso tamaño le otorga una masa 318 veces mayor que la de la Tierra y una influencia gravitacional enorme en el Sistema Solar.
Uno de los rasgos más característicos de Júpiter es la Gran Mancha Roja, una tormenta gigante que lleva siglos activa y que es más grande que nuestro propio planeta. Además, cuenta con más de 90 lunas conocidas, entre las que destacan Ío, Europa, Ganimedes y Calisto, conocidas como satélites galileanos por haber sido descubiertos por Galileo Galilei en 1610.
El campo magnético de Júpiter es extremadamente fuerte, mucho más poderoso que el de la Tierra, lo que genera intensos cinturones de radiación a su alrededor. Su gravedad también desempeña un papel fundamental en la estabilidad del Sistema Solar, desviando asteroides y cometas que podrían impactar contra los planetas interiores.
Júpiter es, en definitiva, un planeta colosal y fascinante cuya complejidad atmosférica, magnética y orbital lo convierte en uno de los cuerpos más estudiados por los astrónomos.