Eris es uno de los planetas enanos más grandes del Sistema Solar y fue descubierto en 2005. Se encuentra en una región helada más allá del Cinturón de Kuiper, conocida como disco disperso. Es ligeramente más masivo que Plutón, aunque de tamaño similar, lo que en su momento generó un intenso debate sobre la definición de planeta.
Su superficie está cubierta de hielo de metano, lo que le otorga un aspecto muy brillante. Además, cuenta con una luna llamada Disnomia, que permite a los astrónomos calcular su masa con gran precisión. La presencia de esta luna también aporta pistas sobre su historia de formación.
El descubrimiento de Eris fue uno de los principales motivos por los que la Unión Astronómica Internacional redefinió en 2006 el concepto de “planeta”, creando la categoría de planeta enano. Esto significó que tanto Eris como Plutón y otros objetos similares dejaron de considerarse planetas principales.
Eris, a pesar de encontrarse en los confines del Sistema Solar, ha sido clave para comprender la diversidad de mundos transneptunianos. Su estudio ayuda a los astrónomos a ampliar el conocimiento sobre la formación del Sistema Solar y la existencia de objetos helados que orbitan más allá de Neptuno.