La inversión consiste en destinar recursos, normalmente dinero, a la adquisición de bienes, activos o proyectos con el objetivo de obtener beneficios futuros. Es un elemento clave de la economía, ya que impulsa el crecimiento, genera empleo y aumenta la capacidad productiva.
Las inversiones pueden ser públicas o privadas. Las públicas son realizadas por el Estado, generalmente en infraestructuras, educación o sanidad, con el fin de mejorar la calidad de vida y la competitividad del país. Las privadas provienen de empresas o particulares y pueden orientarse a la compra de acciones, bonos, inmuebles, maquinaria o a la creación de negocios.
Existen también inversiones financieras, centradas en activos de renta fija o variable, e inversiones productivas, dirigidas a incrementar la capacidad de producción de una empresa.
El éxito de una inversión depende de factores como las expectativas de rentabilidad, los tipos de interés, el riesgo asumido y la estabilidad económica. Aunque siempre implica cierto grado de incertidumbre, invertir de forma planificada y diversificada es una de las estrategias más efectivas para aumentar el patrimonio y asegurar un crecimiento económico sostenible a largo plazo.