El seguro de hogar es una póliza que protege a la vivienda y sus contenidos frente a diferentes riesgos, como incendios, robos, daños por agua, fenómenos naturales o responsabilidad civil por perjuicios a terceros. Su objetivo principal es ofrecer tranquilidad financiera ante imprevistos que puedan afectar la estabilidad de una familia o de un propietario.
Este tipo de seguro puede cubrir tanto el continente (la estructura del inmueble: paredes, techos, instalaciones) como el contenido (muebles, electrodomésticos, objetos personales). Algunas pólizas incluyen servicios adicionales como asistencia en el hogar, cerrajería, protección jurídica o alojamiento temporal si la vivienda resulta inhabitable.
El seguro de hogar es especialmente relevante para quienes tienen una hipoteca, ya que muchas entidades financieras lo exigen como condición para conceder un préstamo. Sin embargo, incluso sin obligación legal, se considera una medida de protección fundamental para resguardar el patrimonio familiar.
En resumen, este seguro funciona como una red de seguridad económica, permitiendo afrontar los gastos derivados de siniestros sin comprometer gravemente la economía de los asegurados.