El consumo es la acción de utilizar bienes y servicios por parte de personas, familias o instituciones para satisfacer sus necesidades o deseos.
Representa la fase final del ciclo económico, ya que es cuando los productos creados por los productores llegan al usuario final. Puede tratarse de bienes duraderos (como automóviles o electrodomésticos), bienes no duraderos (como alimentos o ropa de uso inmediato) o servicios (educación, transporte, salud, entretenimiento).
El nivel de consumo depende de varios factores: los ingresos disponibles, los precios de los productos, la tasa de ahorro, el acceso al crédito y la confianza en la economía. Cuando las personas tienen mayor seguridad económica y estabilidad laboral, tienden a consumir más, lo que impulsa la producción.
El consumo también tiene un papel social y cultural, ya que los hábitos de consumo reflejan estilos de vida y valores de cada sociedad. Además, influye en el crecimiento económico porque impulsa la demanda agregada, obligando a las empresas a producir más y generar empleo.
Por otro lado, un consumo excesivo o irresponsable puede causar problemas como sobreendeudamiento o impactos ambientales. Un equilibrio entre consumo, ahorro y sostenibilidad resulta fundamental para una economía sana.