El bosque templado es un bioma que se encuentra en regiones de clima moderado, caracterizado por tener estaciones bien definidas: inviernos fríos, veranos cálidos y una primavera y otoño con temperaturas intermedias. Este bioma recibe precipitaciones a lo largo del año, lo que permite el desarrollo de una vegetación variada.
La flora principal está compuesta por árboles de hoja caduca, como robles, hayas y arces, que pierden sus hojas en otoño para protegerse del frío. También pueden encontrarse coníferas, como pinos o abetos, en ciertas zonas.
El suelo de los bosques templados es fértil gracias a la descomposición de las hojas caídas, lo que favorece la existencia de arbustos, hierbas y flores silvestres. En cuanto a la fauna, destacan mamíferos como osos, ciervos, zorros y ardillas, así como aves migratorias que aprovechan la abundancia de alimento en distintas estaciones.
Este ecosistema es de gran importancia para la regulación del clima y el equilibrio de los nutrientes del suelo. Sin embargo, se encuentra amenazado por la deforestación, la urbanización y la expansión agrícola, que ponen en riesgo su biodiversidad. Conservar los bosques templados es fundamental para mantener la vida de miles de especies y el bienestar de los seres humanos.