La pobreza es la situación en la que una persona o grupo no dispone de los recursos económicos suficientes para cubrir sus necesidades básicas, como alimentación, vivienda, salud y educación.
Puede medirse de dos formas: pobreza absoluta, cuando los ingresos no alcanzan un umbral mínimo de subsistencia (por ejemplo, definido por organismos internacionales como vivir con menos de 2 dólares al día), y pobreza relativa, cuando los ingresos son muy inferiores al nivel de vida promedio de una sociedad, lo que genera exclusión social.
La pobreza no solo implica falta de ingresos, sino también desigualdad de oportunidades, acceso limitado a servicios y vulnerabilidad frente a crisis económicas. Sus consecuencias afectan al desarrollo humano, la salud y la estabilidad social.
Los gobiernos y organismos internacionales intentan reducir la pobreza mediante programas sociales, subsidios, becas, creación de empleo y acceso universal a la educación y la sanidad.
En definitiva, la pobreza es un reto global que afecta a millones de personas y cuya solución pasa por combinar crecimiento económico, justicia social y políticas de inclusión que permitan a todos alcanzar una vida digna.